viernes, 25 de octubre de 2013

¿Cómo afecta la contaminación acústica a nuestros oídos?

           Cómo afecta la contaminación acústica a nuestros oídos


     
 
Causa muy común de la pérdida de audición es la exposición al ruido.
Vivimos en un mundo ruidoso. El ruido puede proceder de nuestro propio trabajo o por una exposición voluntaria al mismo, como motores ruidosos o una música muy alta en conciertos, locales nocturnos, discotecas y equipos de música con o sin auriculares. Además, el uso cada vez más común de los reproductores portátiles puede causar daños auditivos. Estos aparatos pueden llegar a producir niveles de sonido muy elevados, y el usuario pone en peligro su audición al exponerse a un nivel de decibelios excesivamente alto.
 
COMO A LOS ABUELOS, a los jóvenes también habrá que hablarles fuerte. Una generación de sordos prematuros se está gestando por cuenta de los nuevos reproductores de audio con audífonos, del volumen "al alza" de las discotecas y del ruido de las baterías y las guitarras eléctricas. Y eso sin considerar los daños auditivos causados por las obras y el tráfico de las ciudades.
  • Los niveles de ruido que los otólogos consideraban aceptables -entre los 35 y los 45 decibeles, como el canto de los pájaros- ya no parecen tener momento ni lugar. Hoy día una calle congestionada puede alcanzar 85 decibeles -la frontera de lo que se considera peligroso- y un iPod, 104 decibeles. Niveles más que suficientes para comenzar a provocar una leve pero permanente pérdida de la audición, que los expertos llaman hipoacusia y se inicia con la reducción de la capacidad para percibir tonos agudos como el timbre del celular, los pitidos de los computadores o incluso el sonido de algunas consonantes como la 's' y la 'f' y el consecuente deterioro de la comunicación interpersonal.
  • Los expertos ya lo vaticinan: los jóvenes se están arriesgando a quedarse sordos 30 años antes que la generación de sus padres debido a los nuevos reproductores de música, la nueva tecnología de audio de las salas de cine, los bares y las discotecas.
  • Todos hemos comprobado alguna vez que tras permanecer en un lugar muy ruidoso (1 hora en una discoteca) tenemos la sensación de "estar temporalmente sordos" cuando salimos del mismo. Esta "perdida auditiva temporal" normalmente se restablece tras un periodo de descanso.


Cartas en el asunto
  • Las autoridades de algunos países ya han tomado cartas en el asunto para que la pérdida auditiva no se convierta en una más de las epidemias del mundo moderno. Por ejemplo, la Unión Europea estableció que los reproductores de audio no superen los 100 decibeles y Alemania fue incluso más lejos y fijó un máximo de 90 decibeles.

  • No son buenas noticias para los melómanos, pero por lo pronto no parece haber otra forma de prevenir que girar el botón hacia la izquierda. O, como dice el médico audiólogo Rafael Tordesilla: "Si existe alguien extremadamente fanático que no puede escuchar la música a un menor volumen, debe reducir el tiempo de exposición a la mitad".


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